Como recordaréis, en mi penúltimo post os
hablaba de mi figuración en la serie ‘El Crac’ en la que me trasladé 300 años
atrás en el tiempo para grabar unas secuencias alrededor del rodaje de una
película histórica centrada en los hechos del sitio de Barcelona de 1714. Pues,
casualidades de la vida, a través de un contacto del mundillo, la actriz
catalana Mercè Rovira, conseguí formar parte del rodaje de la película ‘real’,
‘Barcelona 1714’ que se ha realizado con motivo de la conmemoración del
tricentenario de tan trágicos acontecimientos de la historia de Catalunya.
Como
buen cinéfilo era conocedor de la producción cinematográfica catalana
‘Barcelona 1714’ que se estaba rodando desde hacía un año en una nave a las
afueras de Valls pero nunca hubiera pensado poder participar en ella. Pues, sin
comerlo ni beberlo, así fue, gracias a la actriz Mercè Rovira que había participado
en ella interpretando un papel secundario.
A
dos días de la finalización del rodaje con actores y figurantes, mi padre, al
que lo ‘engañé’ para que me acompañara, accediendo encantado, y un servidor nos
plantamos en el lugar indicado, nos vistieron con ropa del siglo XVIII y nos
pusieron frente a una gran pantalla verde para grabar secuencias de extras en
diferentes espacios generados posteriormente por ordenador.
Como
si de una producción al más puro estilo ‘300’ o ‘Sin City’ se tratara, tuvimos
que actuar, por no decir figurar, ante ese espacio vacío con sólo algún que
otro elemento de atrezo, como una cama o una mesa, y hacer de enfermos, heridos
de guerra, clientes de una taberna e incluso muertos en combate.
Eso
fue el penúltimo día de rodaje, y el último, al que también nos convocaron, y, personalmente, tuve la gran oportunidad de actuar, es este caso no figurar, interpretando el papel
de un soldado que abre la puerta de la celda de, casualmente, Mercè Rovira, que
ya había rodado su parte anteriormente, y decirle: “Sortiu! Els francesos han
entrat a la ciutat!”.
Si
hay que hacer honor a la verdad, la escena en cuestión se tuvo que repetir
varias veces, ya que no acaba de pillar el tono, la actitud y el ritmo
adecuado. Es lo que tiene ser un actor totalmente ‘amateur’. Pero aun así
disfruté mucho de la experiencia y me sentí que hacía historia (nunca mejor
dicho).
Mención
aparte está la experiencia que vivió mi padre que para él fue totalmente
inolvidable y que le hizo sentir por unas horas como un niño con zapatos nuevos o, mejor dicho, 'espardenyes' nuevas.
Continuará…
Con ‘El Crac’…