El
reciente estreno de la nueva adaptación cinematográfica de un superhéroe de la
factoría Marvel, ‘Spider-Man 2: El Poder de Electro’ dirigida por Marc Webb y
protagonizada por Andrew Garfield, pone de manifiesto, una vez más, la necesidad
imperiosa de contar con estos personajes de ficción en nuestra realidad
cotidiana para solventar los problemas que nos acechan día tras día, como la
final de la Copa del Rey entre el Barça y el Madrid.
El ‘trepamuros’ más famoso de Nueva York,
Spider-Man, creado por el incombustible Stan Lee, ha vuelto a las pantallas de
nuestro país para hacer las delicias de los aficionados al ya considerado
género cinematográfico por antonomasia de los superhéroes. Y es que si algo
consiguen estas adaptaciones del Noveno al Séptimo Arte es que volvamos a
nuestra tierna infancia donde los problemas no iban más allá de tener los
deberes hechos y que el gamberro de clase no nos diera una tunda en la hora del
patio por no querer darle el desayuno.
Y es que el mundo del papel cauché las
cosas son mucho más sencillas y todo se soluciona con cuatro onomatopeyas del
tipo ‘crash’, ‘boom’, ‘bang’. Y en esto los superhéroes son todos unos
profesionales. Uno de los más celebres es, sin duda alguna, Peter Parker, alias
Spider-Man, que con sus superpoderes arácnidos lucha contra el mal y defiende
el bien.
De bien seguro, que el aficionado culé
que recibió una supuesta brutal paliza por parte de siete miembros de la
Policía Nacional en la reciente final de la Copa del Rey en Mestalla (Valencia)
por llevar una supuesta Estelada y provocar al personal con una supuesta actitud
poco patriótica, hubiera agradecido la ayuda de un superhéroe como Spider-Man y
su uniforme azulgrana para hacer justicia en una situación, supuestamente, del todo
injusta.
Sea como sea, los superhéroes sólo
existen en los cómics y, por extensión, en el cine, y nuestros pequeñas o
grandes trifulcas diarias las tenemos que solucionar a base de papeleo, en el
mejor de los casos, y a base de improperios con alguna que otra bofetada de
regalo, en el peor de los casos.
Larga vida al cine de superhéroes y su
capacidad de alejarnos de la realidad durante un par de horas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario